viernes, 25 de noviembre de 2011

.


Mi mujer me acompañó hasta Brest,
bajó del tren y permaneció en el andén,
fue haciéndose cada vez más pequeña
hasta que se convirtió en un grano de trigo en el azul infinito,
después ya no pude ver nada más que los raíles.

Luego,cuando llamó desde Polonia,no pude responder.
No pude preguntar:«¿Dónde estás amada mía,dónde?»
«¡Ven conmigo!»,dijo,pero no pude ir junto a ella,
el tren circulaba como si nunca fuera a detenerse
y me ahogaba la tristeza.

Luego,la nieve comenzó a disolverse sobre la tierra arenosa
y de repente me di cuenta de que mi mujer estaba mirándome
y me preguntaba:«¿me has olvidado?,¿me has olvidado?»,
la primavera caminaba por el cielo con los pies descalzos y embarrados.

Luego,las estrellas bajaron a posarse en los postes de telégrafo,
la oscuridad se abatió sobre el tren como si fuera lluvia,
mi mujer permanecía al pie de los postes de telégrafo,
su corazón latía tac tac como si estuviese en mis brazos,
los postes se acercaban y pasaban,pero ella no se movía del sitio,
el tren circulaba como si nunca fuera a detenerse
y me ahogaba la tristeza.

Luego,de repente, me di cuenta de que hace años, hace muchos años
que vivo en este tren
-pero todavía no sé cómo y por qué lo he comprendido-
y cantando con la misma fuerza y con la misma esperanza
sigo alejándome de la ciudad y de las mujeres amadas
y su nostalgia es como una herida abierta,
mientras me acerco a algún lugar,a algún lugar.

Nazim Hikmet

3 comentarios:

  1. Qué grata visita!;) Vaya, hacía tiempo que apenas entraba y he de decir que me dejan helada tus imágenes y textos, gracias por las traducciones y por regalarnos este huequito en blogger! Lejos del ajetreo diario...
    Buen fin de semana!!!:)

    ResponderEliminar
  2. Que tristeza la del viajero que desea apearse del tren pero desconoce el andén en el que debe hacerlo... buscando entre estaciones una vida que no vivió. Que versos más bellos, me encanta la imagen de la primavera embarrada, y las estrellas posándose cuan estorninos sobre los postes de telégrafo...

    besos caídos del norte

    ResponderEliminar
  3. Paula,gracias y enhorabuena por madetheharbor.

    Aka,todo se parece a un hombre que nunca volvió a reír.

    ResponderEliminar