jueves, 9 de agosto de 2012

el encuentro















Comenzamos a hablar
­Nos miramos; dejamos de mirarnos
Las lágrimas ascendían a mis ojos
Pero no podía llorar
Deseaba tu mano
Pero mi mano temblaba.
No dejabas de contar los días
Para nuestro siguiente encuentro
Pero los dos sentíamos en el corazón
Que nos separábamos para siempre.
El crujido del reloj llenaba la habitación,
Escucha, dije, es tan fuerte
Como el galope de un caballo en un sendero solitario
Así de fuerte - un caballo galopando en la noche.
Me hiciste callar en tus brazos
­Pero el sonido del reloj ahogó el latido de nuestros corazones.
Dijiste `No puedo irme: todo lo que vive de mí
Está aquí para siempre'.
Después te fuiste.
El mundo cambió. El ruido del reloj se hizo débil
Se fue perdiendo –se tornó minúsculo-
Susurré en la oscuridad: “Moriré si se detiene”.

Katherine Mansfield

2 comentarios:

  1. Suerte que es posible devolverle la vida a un corazón muerto. Reloj de cuerda es, cuando se detiene, algo o alguien puede reactivar su mecanismo para que siga funcionando. Pero, ¡ay! cuanto dolor arrastran esas agujas al sentir que se ralentizan.
    cric-cric-cric-cric no hay que olvidar darle un poco de cuerda cada día :)

    ResponderEliminar
  2. Dear Aka,a veces siento como si mi vida fuese un teatro de marionetas y yo- una muñeca demasiado cansada.

    De vez en cuando vienes.
    De vez en cuando vienes y mueves los hilos.

    ResponderEliminar